El ritmo es la distribución de la intensidad con la que se interpreta cada nota.
Si la diferencia de intensidad entre notas fuertes y débiles es grande, decimos que el ritmo es muy marcado.
Pero aunque no lo parezca, todas las composiciones musicales tienen ritmo. Si no lo tuvieran, no se podrían tocar.
Para trabajar mejor con el ritmo, en la música occidental utilizamos la noción de compás. El compás es la unidad rítmica básica.
El compás se representa por una fracción al lado de la clave.
Cada nota vale una cierta parte de compás, y eso lo sabemos por la figura de la nota. La blanca vale un tiempo, la negra un medio, y así hacia abajo.
El denominador (la parte de abajo) indica la "clase" de notas con las que tocamos esa composición. En ella podemos usar también sus equivalentes aritméticos. Por eso para entender el ritmo de una composición tenemos que saber manejar los números racionales.
El numerador indica el número de notas que usamos. También podemos usar equivalentes. Puede ser un número par o impar determinando si el ritmo es binario o ternario. (Fuerte-débil, Fuerte-débil-débil)
En el método que seguimos tenemos los principales ritmos que se utilizan en la música occidental.
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